1521-1821: De la Conquista a la Independencia/ 1521-1821: From the Conquest to Independence
Ya hablamos acerca del dominio de España sobre México y cómo este inició con la Caída de Tenochtitlán, pero no hemos platicado sobre cómo México recuperó su independencia del país ibérico.
Después de la conquista en 1521, nuestro país entró en el periodo considerado como “La Colonia” por exactamente 300 años. Durante estas tres décadas, nuestro nombre para con el mundo era “Nueva España”. Es durante este periodo que el reino de Castilla explotó los recursos naturales y humanos que el territorio nacional podía ofrecerle. Agricultura, ganadería, pesca, minería, centros culturales, religiosos, militares, una infinidad de nuevos giros económicos fueron establecidos en el país, convirtiendo a España en uno de los países más ricos del momento. Sin embargo, esta riqueza no fue gozada por toda la Nueva España, pues estábamos divididos en castas, grupos socioeconómicos que definían la estratificación social.
En estas divisiones, si bien no debía haber combinaciones pues una casta no tenía que mezclarse con otras, siempre terminaba sucediendo, por lo que habían más de 20 etiquetas con las que cada individuo vivía oprimido toda su vida, pues si no pertenecías a las castas más altas, estabas sentenciado a lidiar con la pobreza hasta tu muerte. Aunque existían nombres que denominaban cada uno de estos “niveles sociales”, las principales categorías eran: español, criollo, mestizo, indígena y negro. Y fue esta división social tan marcada la que dio pie a que México consiguiera su independencia.
Los españoles habían nacido en España y se habían mudado a la nueva colonia, y eran estos quienes gozaban de todos los privilegios de la época, incluido el maltrato físico y la explotación laboral a castas inferiores. Los criollos eran descendientes de españoles que habían nacido en territorio americano, es decir, tenían sangre española pero su lugar de nacimiento era la colonia. Los mestizos eran hijos de hombres europeos con mujeres indígenas, mientras que los indígenas eran los nativo americanos que fueron dominados tras la conquista. Los negros eran personas traídas de África que habían sido esclavizados y convertidos en sirvientes de los españoles. Sin ahondar más en esta terrible categorización social, cabe resaltar que fue el grupo de los criollos quien vio nacer a su iniciador: el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla.
No es la primera vez que el nombre de Miguel Hidalgo aparece en nuestro blog, pues es considerado el padre de México. Este sacerdote, junto con un grupo de rebeldes criollos que buscaban los mismos derechos que los españoles, comenzaron a planear una revuelta para obtener esta equidad. Sin embargo, fueron descubiertos e Hidalgo tuvo que correr en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 hacia lo más alto de la iglesia donde oficiaba misa para azuzar a los demás criollos, mestizos, indígenas y negros de alzarse en armas en contra de los opresores, los españoles. Esta noche marcó la primera etapa del movimiento que nos convertiría en una nación independiente.
Hidalgo fue capturado y fusilado en 1811, dando inicio a la segunda etapa del movimiento. Durante estos años, otro sacerdote tomó el liderato del contingente, José María Morelos y Pavón. En este periodo, comenzó a esparcirse la ideología independentista, a tal punto que se redactó la primera constitución soberana del país. Este segundo momento culminó con el también fusilamiento de Morelos en 1815. El golpe de haber perdido a estos dos líderes en menos de 4 años sumió al movimiento en un periodo de resistencia, donde se peleaba de forma aislada y en guerrillas; instancia que causó la casi extinción de la independencia. Se mantuvo esta etapa de pequeñas guerras hasta 1821, donde un criollo, que antes combatía por el lado de España, cambió de bando y se unió para dar fin a esta guerra de 10 años, Agustín de Iturbide. Iturbide, que combatía en favor de España, y Vicente Guerrero, que era el único líder de peso restante del movimiento, se unieron para realizar pactos y enfrentamientos que pondrían la balanza en favor de la Independencia, consiguiéndola finalmente en 1821.
Es así que, el 27 de septiembre de 1821, después de intensas batallas entre los independentistas y los españoles, el ejército de Iturbide entró a la Ciudad de México después de derrotar al último contingente de la corona española. Este hecho, donde fue recibido con vítores de alegría en la capital, es el que marca el día en que el dominio de 300 años de España terminó, y se inició la vida independiente del país. Es intuitivo pensar que México deba celebrar la Independencia el día en que se terminó, 27 de septiembre, y no cuando ésta inició, 15 de septiembre, sin embargo, se celebra en el día de su inicio. Esto se debe a que cada 15 de septiembre en la noche, a petición del dictador Porfirio Díaz, se conmemora en esta fecha para que coincidiera con el cumpleaños del dictador. En este evento conocido como “El Grito”, líderes del país gritan, de la misma manera en que Hidalgo lo hizo hace años: los nombres de “¡los héroes que nos dieron patria y libertad!”, para recordar que México triunfó hace 300 años y lo seguirá haciendo por muchos años más.
Es inevitable reparar en el hecho de que Tenochtitlán cayó en 1521 y fue exactamente 300 años después, en 1821, que la lucha por la Independencia triunfó. Hoy, justo 200 años después, 2021, encontramos una nación independiente, soberana, con sus problemáticas y sus fortalezas, como sucede en todas las naciones. Desde que México se volvió independiente, hemos encontrado diversos obstáculos en el camino, como el intento de reconquista español, las políticas expansionistas de Francia o Estados Unidos, que nos han dado forma e historia para poder ser el país que somos. Poco a poco, nuestros líderes han dejado una huella en el México contemporáneo, sin importar si son vistas como buenas o malas en la historia. Podemos decir que Benito Juárez nos otorgó una de las constituciones más avanzadas del mundo en la época, o que Porfirio Díaz nos hizo ver que la reelección quizá no sea lo mejor para el país. Ahora ya todos los mayores de 18 años tienen libertad de ejercer su voto para expresar sus ideales sobre quién es el mejor para dirigir el país, y esa libertad que no existía antes de la Conquista, es la que nos hace ser México, una de las 20 potencias mundiales.
Cada gota de sangre, sudor, tinta o lágrimas derramada por los mexicanos desde hace 300 años hasta el día de hoy nos hace gritar: ¡Viva México!
1521-1821: From the Conquest to Independence.
We have already talked about the dominance of Spain over Mexico and how it began with the Fall of Tenochtitlán, but we have not talked about how Mexico regained its independence from the Iberian country.
After the conquest in 1521, our country entered the period considered “The Colony” for exactly 300 years. During these three decades, our name to the world was “New Spain.” It is during this period that the kingdom of Castile exploited the natural and human resources that the national territory could offer. Agriculture, livestock, fishing, mining, cultural, religious and military centers, an infinity of new economic activities were established in the national territory, making Spain one of the richest countries of the moment. However, this wealth was not enjoyed by all of New Spain, as we were divided into castes, socioeconomic groups that defined social stratification.
In these divisions, although there should not be combinations between castes, they always mixed with others, so there were more than 20 labels with which individuals were oppressed during their whole lives, because if you did not belong to the Higher castes, you were sentenced to deal with poverty until your death. Although there were names that denominated each of these “social levels”, the main categories were: Spanish, Creole, mestizo, indigenous and black. And it was this marked social division that led Mexico to achieve its independence.
The Spanish had been born in Spain and moved to the new colony, and it was them who enjoyed all the privileges of the time, including the right to physically abuse and exploit lower castes. The Creoles were descendants of Spaniards who had been born in American territory, that is, they had Spanish blood but their place of birth was the colony. The mestizos were children of European men with indigenous women, while the indigenous were the Native Americans who were dominated after the conquest. Blacks were people brought from Africa who had been enslaved and made servants of the Spanish. Without delving further into this terrible social categorization, it should be noted that it was the Creole group who saw the birth of the Independence initiator: the priest Miguel Hidalgo y Costilla.
It is not the first time that the name of Miguel Hidalgo appears on our blog, as he is considered the father of Mexico. This priest, along with a group of Creole rebels who sought the same rights as the Spanish, began to plan a revolt to obtain this equality. However, they were discovered and Hidalgo had to run at dawn on September 16, 1810 to the top of the church where he officiated mass to incite other Creoles, mestizos, indigenous people and blacks to take up arms against the oppressors, the Spanish. This night marked the first stage of the movement that would make us an independent nation.
Hidalgo was captured and shot in 1811, beginning the second stage of the movement. During these years, another priest took the leadership of the contingent, José María Morelos y Pavón. In this period, the independence ideology began to spread to such an extent that the first sovereign constitution of the country was drawn up. This second moment culminated in the execution of Morelos in 1815. The fall out of having lost these two leaders in less than 4 years plunged the movement into a period of resistance, where they fought in isolation and in guerrillas; an instance that caused the near extinction of independence. This stage of small wars was maintained until 1821, when a Creole, who previously fought on the side of Spain, changed sides and joined to end this 10-year war, Agustín de Iturbide. Iturbide, who was fighting in favor of Spain, and Vicente Guerrero, who was the only remaining important leader of the movement, joined forces to carry out pacts and confrontations with the Spaniards that would put the balance in favor of Independence, finally achieving it in 1821.
Thus, on September 27, 1821, after intense battles between the independentists and the Spanish, Iturbide’s army entered Mexico City after defeating the last contingent of the Spanish crown. This event, where he was greeted with cheers of joy in the capital, is what marks the day when the 300-year rule of Spain ended, and the country’s independent life began. It is intuitive to think that Mexico should celebrate Independence the day it was achieved, September 27, and not when it began, September 15; however, it is celebrated on the day it started. This is because every September 15 at night, at the request of the dictator Porfirio Díaz, it is commemorated on this date to coincide with the dictator’s birthday. In this event known as “El Grito”, leaders from the country shout, in the same way Hidalgo did years ago: the names of “the heroes who gave us homeland and freedom!”, to remember that Mexico triumphed 300 years ago and will continue to do so for many more years.
It is inevitable to notice the fact that Tenochtitlán fell in 1521 and it was exactly 300 years later, in 1821, that the struggle for Independence triumphed. Today, just 200 years later, 2021, we find an independent, sovereign nation, with its problems and its strengths, as all nations have. Since Mexico became independent, we have encountered various obstacles along the way, such as the Spanish attempt to reconquer, the expansionist policies of France or the United States, which have given us shape and history to be the country that we are. Little by little, our leaders have left a mark on contemporary Mexico, regardless of whether they are seen as good or bad in history. We can say that Benito Juárez gave us one of the most advanced constitutions in the world at the time and separated the Church from the Government, or that Porfirio Díaz made us see that reelection may not be the best thing for the country. Now, all people over 18 years of age have the freedom to exercise their vote to express their ideals about who is the best to lead the country, and that freedom that did not exist before the Conquest, is what makes us Mexico, one of the 20 major economies in the world.
Every drop of blood, sweat, ink or tears shed by Mexicans for 300 years to this day makes us cry out loud: Long live Mexico!
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