La Noche Triste/ The Sad Night

Ganar la batalla que no ganó la guerra

 

Es muy amplia la historia sobre cómo México llegó a ser el país que conocemos hoy. Sin embargo, hay un evento que no podemos ignorar, evento que causó un cambio radical e inmenso en la identidad nacional, La Conquista. Justamente hace 500 años, el entonces Imperio Mexica se enfrentaría con el enemigo que terminaría por arrebatarle la supremacía en Mesoamérica, el ejército expansionista español encabezado por Hernán Cortés.

 

              De acuerdo con la documentación, se sabe que Cortés llegó a Cuba con la intención de encontrar una mejor vida que en España, por lo que se convirtió en alcalde de la segunda ciudad fundada en la región. Sin embargo, el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, desconfiaba de él, pues recibió múltiples avisos de que posiblemente Cortés se levantaría en su contra. Justo antes de que Velázquez diera la orden de suspender la expedición que tenía miras a Yucatán, Hernán Cortés se adelantó a esta orden, la desobedeció y escapó con 600 soldados al territorio que hoy es mexicano. Velázquez armó un grupo de búsqueda para aprehenderlo, pero el ejército de Cortés los derrotó y convenció de unirse a su intento de conquista. Este sería el inicio de la pesadilla que el Imperio más poderoso de Mesoamérica terminaría por enfrentar durante tres años.

 

              El resultado de dicha guerra de entre 1519 y 1521 se puede inferir al entender que más del 90% de los mexicanos hablamos español y no “mexicano”, el Imperio Azteca fue conquistado por España. No obstante, la victoria para Cortés no sería tan fácil, pues se enfrentó a un ejército de miles de fervientes soldados que arriesgaron sus vidas con tal de defender la capital del Imperio. Cortés logró esta hazaña al hacerse de aliados indígenas, para así conseguir incrementar el número de efectivos a más de 80 mil guerreros. El Imperio Azteca fue derrotado tras un sitio que duró desde mayo hasta agosto de 1521 , cuando la ciudad de Tenochtitlán ya no pudo solventarse y se rindió ante el ejército español y sus miles de aliados indígenas que se unieron a los europeos para terminar con la opresión azteca a la que estaban sometidos.

 

              Podría parecer que la ventaja tecnológica que las armas de fuego proveían a Cortés serían suficientes para vencer a los mexicas, pero esta sociedad estaba dedicada a la guerra, por lo que sus líderes y estrategias complicaron la victoria de Cortés, tanto que se tardaría tres años en conseguirla. Quizá el resultado era predecible, pues el ejército español estaba adelantado al azteca por tecnología bélica, lo que les daría una ventaja considerable. No obstante, es admirable el esfuerzo que realizó el Imperio Mexica para mantenerse firme hasta el último instante, pues su honor estaba de por medio, sobre todo, para vengar la muerte de sus hermanos días antes.  

 

              Pedro de Alvarado ordenó una ofensiva sin la autorización de Cortés. Esta orden se convirtió en La Matanza del Templo Mayor, evento en el que miles de mexicas desarmados fueron brutalmente asesinados a traición, lo que terminó por enterrar cualquier intento de diplomacia entre ambos bandos. Se cometió regicidio contra el emperador Moctezuma, y quien fuera su sucesor, Cuitláhuac, aumentó la violencia hasta sitiar al contingente español. Este sitio duró ocho días, lo que los forzó a planear un escape tras quedarse sin suplementos y comida. De esta manera, el ejército español tuvo que escapar de la capital para no perecer. Es así como la noche del 30 de junio de 1520, los aztecas le obsequiaron a México uno de los eventos históricos que se quedarían grabados en el colectivo nacional, una victoria que tendría sabor a gloria pese a ser sólo una batalla ganada dentro de toda una guerra perdida, La Noche Triste. Fue esta noche la que dejó muy en claro que, para ambos bandos, la lucha sería a vida o muerte, solo habría un ganador.

 

              La Noche Triste es la noche en la que los españoles huyeron del sitio en Tenochtitlán. El ejército europeo eligió esa noche ya que tomaba lugar una celebración azteca, lo que haría que el Imperio estuviera desconcentrado y pudiera facilitar su huida. Cortés planeó el escape, el cual se dificultó puesto que la ciudad era una isla y la única entrada era por medio de unos canales que estaban bajo control mexica, por lo que dio instrucciones de construir un puente de madera. Sus intentos fueron en vano, pues los centinelas detectaron el movimiento y sonaron las alarmas, haciendo que miles de mexicas salieran a gritos para tomar venganza por la matanza de unos días antes.

             

              Las crónicas aztecas escriben con mucha sobriedad este evento, mencionando que los obligaron a dispersarse. En cambio, la narración española es más desconsoladora y cruda, catalogando este hecho como un “infierno”. Cuentan las historias que el puente de madera que habían construido fue destruido, haciendo que españoles y caballos cayeran al lago a la par de gritos desgarradores de ayuda. Estas recopilaciones describen que, para los españoles, los mexicas salían de donde podían, debajo del agua, de las azoteas, de los caminos, por donde fuera ellos veían más y más soldados enemigos salir. Los historiadores españoles de la época relatan que los mexicas tomaban lo que tuvieran a la mano para tomar represalias por la Matanza del Templo mayor: piedras, mazos, flechas, ramas; todo con tal de ahuyentar al enemigo que venía de arrebatarles a sus hermanas y hermanos.

 

El historiador de la época, López de Gómara, establece que la oscuridad y frialdad nocturna, mezclada con la neblina, provocaron una noche de terror que estuvo acompañada de gritos de victoria de los aztecas, a la par de alaridos de espanto y pánico de los soldados españoles que acababan de presenciar la peor derrota de toda la guerra. Gómara alude que los mexicas ultrajaban a los cadáveres españoles mientras que acribillaban a los que seguían de pie. 

 

Los sobrevivientes escaparon hasta Tacuba, donde hicieron números de los decesos. Se estima que las bajas españolas ascendieron a 600 efectivos, pero hubo cientos de muertes más por parte de los indígenas aliados a Cortés. Si bien no hay manera de confirmar que Cortés haya llorado tras esta infame derrota, las crónicas lo describen como una persona emocional que estalló en lágrimas a lo largo de diversas ocasiones. Quizá es por esto que se tiene la idea de que él soltó en llanto tras la derrota al pie de un árbol de ahuehuete en la Ciudad de México. De hecho, este supuesto árbol (pues no hay forma de comprobarlo) todavía se puede visitar en la ciudad, donde se le considera un atractivo turístico.

 

El historiador Federico Navarrete menciona que, mientras que en España el nombre de Cortés y la Noche Triste son prácticamente ignorados, en México despierta sentimientos de resentimiento hacia España y de impotencia al sabernos conquistados por el país europeo. Navarrete establece que, en realidad, la guerra de conquista fue una lucha de grupos indígenas en la que los españoles apoyaban a un lado que buscaba liberarse de la opresión mexica; ellos sin saber que serían sujetos de una represión mayor que duraría 300 años. También refiere que, durante esta guerra, los números reales eran 99% grupos indígenas y apenas 1% español. No obstante, el colectivo nacional contemporáneo sigue culpabilizando completamente a los españoles, con ese resentimiento de haber “quitado la grandeza del Imperio Mexica”, dejando así el nombre de “Hernán Cortés” como dos palabras tabúes que desatan el odio hacia el conquistador. 

 

Es así que La Noche Triste se convirtió en un trago dulcemente amargo para el mexicano que nos hace cuestionarnos lo que pudo haber sido. Es precisamente este sentimiento de sometimiento que la conquista dejó a los mexicanos que es inevitable preguntarse ¿qué habría pasado si los mexicas hubieran ganado? 

 

Referencias: 

Brooks, D. (2020, 30 junio). 500 años de la Noche Triste: cómo fue la «infernal» derrota de Hernán Cortés y sus tropas a manos de los mexicas. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-53228435

 

Winning the battle that did not win the war

 

The story about how Mexico came to be the country we know today is very complex. However, there is an event that we cannot ignore, an event that caused a radical and immense change in our national identity, La Conquista. Just 500 years ago, the Mexica Empire faced the enemy that would end up ripping off its supremacy in Mesoamerica, the Spanish expansionist army led by Hernán Cortés.

 

          According to the documentation, it is known that Cortés came to Cuba with the intention of finding a better life than the one he had in Spain, which is why he became the mayor of the second established city in the region. However, the governor of Cuba, Diego Velázquez, distrusted him, as he received multiple warnings that Cortés would possibly rise up against him. Just before Velázquez gave the order to suspend the expedition that aimed at Yucatán, Hernán Cortés anticipated him, disobeyed it and escaped with 600 soldiers to the territory that is now Mexico. Velázquez assembled a search party to apprehend him, but Cortés’ army defeated them and convinced some of them to join the attempt of conquest. This would be the beginning of the nightmare that the most powerful Empire in Mesoamerica would struggle with for three years.

 

          The result of the war that took place between 1519 and 1521 can be inferred by understanding that more than 90% of Mexicans speak Spanish and not “Mexican”, the Aztec Empire was conquered by Spain. However, victory for Cortés would not be so easy, as he fought an army of thousands of fervent soldiers who risked their lives to defend the capital of the Empire. Cortés achieved this feat by making indigenous allies, in order to increase the number of troops to more than 80 thousand warriors. The Aztec Empire was defeated after a siege that lasted from May to August 1521, when the city of Tenochtitlán could no longer be self-sufficient and surrendered to the Spanish army and its thousands of indigenous allies who joined the Europeans to end the Aztec oppression to which they were subjected.

 

          It might seem that the technological advantage that firearms provided to Cortés would be enough to easily defeat the Mexica; but this society was dedicated to war, so its leaders and strategies complicated Cortés’ victory, so much so that it would take three years. Perhaps the result was predictable, since the Spanish army was ahead of its enemy, the Aztec technology.. However, the effort made by the Mexica Empire to remain firm until the last moment is to admire, since their honor was involved due to the fact that they had to avenge the death of their brothers and sisters that were murdered days before.

 

          Pedro de Alvarado ordered an offensive without the authorization of Cortés. This order turned out to be La Matanza del Templo Mayor, an event in which thousands of unarmed Aztecs were brutally murdered by treachery, which ended up burying any attempt at diplomacy between both sides. Regicide was committed against the emperor Moctezuma and his successor, Cuitláhuac, increased the violence to besiege the Spanish contingent. This siege lasted eight days, forcing them to plan an escape after running out of supplies and food. In this way, the Spanish army had to escape from the capital in order not to perish. This is how on the night of June 30, 1520, the Aztecs gave Mexico one of the historical events that would remain recorded in the national collective, a victory that would taste like glory despite being only a battle won within a whole lost war, La Noche Triste. It was that night that made it very clear for both sides that the fight would be to the death, there would only be one alive winner.

 

         La Noche Triste is the night the Spanish escaped the siege in Tenochtitlán. The European army chose that night as an Aztec celebration was taking place, which would make the Empire distracted and could facilitate their escape. Cortés planned the getaway, which was difficult since the city was an island and the only entrance was through some canals that were under Mexica control, so he gave instructions to build a wooden bridge. His attempts were in vain, as the sentinels detected the movement and alarms sounded, causing thousands of Mexicas to scream out to take revenge for the slaughter of a few days before.

          

          The Aztec chronicles write this event very soberly, mentioning that they were forced to disperse. On the other hand, the Spanish narrative is more heartbreaking and crude, classifying this as a “hell”. The stories go that the wooden bridge they had built was destroyed, causing Spaniards and horses to fall into the lake along with heart-rending screams for help. These compilations describe that, for the Spanish, the Mexica came from wherever they could, under the water, from the rooftops, from the roads, wherever they went they saw more and more enemy soldiers come out. Spanish historians of the time relate that the Mexica took whatever they had at hand to retaliate for La Matanza del Templo Mayor: stones, mallets, arrows, branches; all in order to drive away the enemy who came to liquidate their sisters and brothers.

 

The historian of the time, López de Gómara, establishes that the darkness and coldness of the night, mixed with the fog, caused a night of terror that was accompanied by screams of victory from the Aztecs, along with screams of terror and panic from the Spanish soldiers who had just witnessed the worst defeat of the entire war. Gómara alludes that the Mexica outraged Spanish corpses while riddling those who were still standing.

 

The survivors escaped to Tacuba, where they counted the deaths. It is estimated that the Spanish casualties amounted to 600 troops, but there were hundreds of deaths from the indigenous allies of Cortés. While there is no way to confirm that Cortés cried after this infamous defeat, the chronicles describe him as an emotional person who broke down on several occasions. Perhaps this is why we have the idea that he burst into tears after the defeat at the foot of an ahuehuete tree in Mexico City. In fact, this supposed tree (as there is no way to verify it) can still be visited in the city, where it is considered a tourist attraction.

 

The historian Federico Navarrete mentions that, while in Spain the name of Cortés and La Noche Triste are practically ignored, in Mexico it arouses feelings of resentment towards Spain and of impotence when knowing that we have been conquered by the European country. Navarrete establishes that, in reality, the war of conquest was a struggle of indigenous groups in which the Spanish supported a side that sought to free itself from Mexica oppression; without knowing that they would be subjected to a greater repression that would last 300 years. He also refers that, during this war, the real numbers were 99% indigenous warriors and only 1% Spanish. However, the contemporary national collective continues to blame the Spaniards completely, with that resentment of having “taken away the greatness of the Mexica Empire”, thus leaving the name of “Hernán Cortés” as two taboo words that unleash hatred towards the conqueror.

 

This is how La Noche Triste became a sweetly bitter memory for the Mexican, that makes us question what it could have been. It is precisely this feeling of subjugation that the conquest left to the Mexicans, that it is inevitable to ask what would have happened if the Mexica had won?

 

References:

Brooks, D. (2020, 30 junio). 500 años de la Noche Triste: cómo fue la «infernal» derrota de Hernán Cortés y sus tropas a manos de los mexicas. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-53228435

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